La Historia de CANEK 2a Parte
Canek y Mil Mascaras
Publicado en Luchas 2000 No 70 pags. 10-11
La historia se había comenzado a escribir. En el capítulo anterior supimos el origen y nacimiento de un príncipe. Junto con Canek, conocimos el inicio de una leyenda y sus sueños de infancia, los cuales conforme avanzaba su vida se consolidaron, y lo que parecía en un principio un cuento, se estaba volviendo realidad. Ese príncipe estaba por convertirse en el “Príncipe Maya”, Canek.
“Aunque de manera fugaz –habla Canek- ya había conocido al Santo, el mismo que había servido como motivación para que yo iniciara mi carrera en la lucha libre; pero el segundo encuentro con el Enmascarado de Plata, fue más motivante.
A fines de 1972, el Santo regresó a Villahermosa, Tab. Y me había tocado hacer una gira con él, luchando yo en la semifinal. El cartel era así: El Santo y Rebelde Rojo (Charles Bronson Mexicano) VS. Los Muertes de la Barranca I y II (Luis López y Panchito Villalobos)…Visitamos Tuxtla, Tapachula, Comitán, etc.; pero a pesar de que el Santo y yo participamos juntos en el mismo programa, nunca viajé con él, pues él siempre lo hacía aparte. Sin embargo, en el vestidor de la Arena de Tapachula, por fin me lo encontré frente a frente, y si ya lo admiraba ahora era más pues constaté que tenía un gran valor no sólo como deportista, también como persona. A él no le importaba que uno fuera preliminarista y me dijo: ‘¡qué pasó mano! ¿Cómo estás?. De esa manera saludaba a semifinalistas, preliminaristas o estrellas. Mis respetos para él…era una gran persona,
TNT me mando con Valente Perez
así cumplí un sueño más. Después de este suceso, continuó mi fogueo y si no luchando contra ellos, si teniendo contacto personal.
Empecé a alternar con el Mulato, Sugi Sito (q.e.p.d.). Los Escorpiones, Los Gemelos Diablo (a ésos mismos que dibujé en mi cuarto, pero que jamás se los dije), René Guajardo, Angel Blanco (ambos q.e.p.d.), Karlff Lagarde y Shadito Cruz, alguien que en un futuro se convertiría en parte fundamental no sólo de mi carrera, sino de mi vida. Ellos formaban un selecto grupo, eran como la élite de la lucha libre. Recuerdo que una vez Sugi Sito me vio luchar y me preguntó que qué hacía en Villahermosa, mejor que me fuera a México y que buscara a Manuel, programador de la EMLL, para que me diera una oportunidad. Ese comentario no me gustó mucho, pues hasta la fecha yo tengo una mala impresión de varios luchadores, tanto de antaño como de los actuales, porque se aprovechan de la ingenuidad del provinciano. Las estrellas pueden engañar a alguien diciéndole que es muy bueno con tal de que les inviten o regalen algo, y aunque Sugi Sito –lo supe después- era sincero…desconfié de él a pesar de que me respaldaba ya un buen cartel en Villahermosa.
El “Príncipe Azul”, por ese tiempo ya alternaba y se enfrentaba con los grandes de la Capital, llevaba un paso brillante, había ganado ya la máscara de Ultratumbra (originario de Cuernavaca) y la cabellera del Noruego. Pero otro seceso más –a principios de 1973- vendría a dar un nuevo giro en su vida, comprobándose una vez más que el destino de Canek estaba escrito.El crecimiento del “Príncipe Azul” seguía. Villahermosa ya le quedaba chica, y el gran salto a la Capital estaba por suceder. “En ese tiempo compartía mi carrera de luchador con mi trabajo de mesero; pero en cierta ocasión asistí como elemento de seguridad a un evento político y fue ahí cuando un compañero luchador, llamado el Cadáver, se me acercó y me pidió que lo acompañara a México para resolver un
problema familiar. Y así, sin equipaje y con la ropa que traía, me lancé a conocer México. Nada más le dije a mi mamá ‘voy a la Capital, regreso mañana o pasado’.
Junto con el Cadáver llegué a México y después de ir a Tepito a que arreglara su conflicto, me pidió que lo acompañara al Sindicato de Luchadores, en la Colonia del Valle Gómez, a ver a Shadito.
Sólo fuimos de visita, pero en mí ya estaba sembrada la semilla de quedarme en México para triunfar.
¿Quién me iba a decir que en esa visita a Shadito y a su esposa, Doña Ana Nieves (q.e.p.d.), conocería mi segundo hogar?
Shadito Cruz Y Ana Nieves (Q.E.P.D) progenitores de los Brazos, me abrieron la puerta de su casa y de su corazon
Cuando regresé a Villahermosa, le comenté a un amigo mi deseo de volver a México, pero no tenía los recursos suficientes y él me prestó dinero. Yo creí que me prestaría uno 500 pesos, pero cuál sería mi sorpresa, que me dio 10 mil pesos. Y así un 5 de marzo de 1973 en compañía del Monje Loco me fui a México, y otra vez nos fuimos con Shadito al Sindicato, ahí también vivía TNT, y él le dijo a Shadito que me llevara con Valente Pérez (q.e.p.d.) para ver si podía hacer algo por mí.
Yo no sabía quién era él y cuando llegamos a sus oficinas en Echegaray, Edo. de Méx. me dijo: ‘Si hubieras venido el sábado, ése mismo día hubieras luchado’. Esto fue un 7 de marzo. Me preguntó cómo quería llamarme. En Tabasco yo había escuchado el nombre del Profesor Konak que me gustó, y como yo sabía algo de la historia Maya relacionada con Jacinto Canek, quería mezclar ambos de alguna forma. Pero Valente Pérez me dijo: ‘Si tú vienes del Sureste te vamos a poner Chilam Balam y lucharas sin máscara’. A mi no me agradó ni el nombre ni el hecho de no usar máscara, así que le propuse Canek. Finalmente, y no de muy buena gana aceptó; pero me empezó a publicitar como el ‘Hombre de la Máscara Prestada’. Esa vez fue la primera ocasión que me tomaron fotos para salir en una Revista. A los pocos días me presenté en el Palenque, era un local que estaba enfrente del Toreo de Cuatro Caminos, en una función donde estaban ‘Juan Derecho’, Felipe Ham Lee, el Vikingo y Borrel Dixon. Ahí sólo subí al ring para hacer mi presentación, y a la siguiente semana –el 21 de marzo de 1973- debuté por fin en México al lado de Tony Salazar contra el Condor y el Lince, el mismo luchador que había visto por primera vez en vivo en una función en mi natal Tabasco”.
(Continuará…)
La publicidad había llegado a la carrera de Canek